El Ijiraq, también conocido como Ishigaq, es una criatura mítica de la mitología Inuit, a menudo descrita como un ser o espíritu que es parte hombre parte caribú con ojos que brillan de un rojo carmesí aunque se dice que un Ijiraq puede aparecer en la forma que este elija, volviéndolo un ser muy engañoso, aunque una forma de identificarlo es debido a sus ojos ya que estos permanecen rojos sin importar la forma que tome. Esta criatura es conocida debido a que se dedica a secuestrar niños, escondiéndolos y abandonándolos a su suerte, siendo la única forma de salvarse convenciendo al Ijiraq de soltarlos y con la ayuda de un inuksuk (una estructura de piedra construida por las tribus inuit) encontrar su camino a casa.
Se creé que su forma real es la de un humano, con la única diferencia que este tiene sus ojos y boca de lado. Cuando se está cazando en un lugar que pertenezca al territorio de un ijiraq, es común verlos por el rabillo del ojo de forma fugaz como una especie de sombra, otras versiones dicen que se ve como una especie de caribú sumamente esquiva, aunque si se trata de ver directamente resulta ser muy esquivo. A veces puede ser muy útil a la hora de la caza pudiendo guiar a una manada de caribúes y otras pueden ser fatalmente engañosos.
Se dice que los ijiraq habitan entre dos mundos, no estando del todo en este, ni estando del todo fuera de él. Algunas versiones de la leyenda dicen que solían ser cazadores inuit que fueron demasiado al norte en busca de presas y quedaron atrapados entre el mundo de los vivos y de los muertos, y así convirtiéndose en ijiraq